Organizadores de joyas, joyeros o alhajeros: historia, tipos y consejos
Las joyas son objetos de valor, belleza y significado, que nos acompañan en los momentos más especiales de nuestra vida. Sin embargo, las joyas también requieren de un cuidado y un orden adecuados, para que conserven su aspecto y su valor. Por eso, es importante contar con un organizador de joyas, un joyero o un alhajero, que nos permita guardar, clasificar y proteger nuestras joyas. En este artículo te vamos a contar la historia, los tipos y los consejos de los organizadores de joyas, joyeros o alhajeros.
Historia
Los organizadores de joyas, joyeros o alhajeros son recipientes o muebles que se usan para guardar y ordenar las joyas. Su origen se remonta a la antigüedad, cuando las civilizaciones más antiguas, como la egipcia, la mesopotámica, la griega o la romana, fabricaban joyas de metales preciosos, piedras, perlas, cristales o esmaltes, y las guardaban en cofres, cajas, estuches o arcones, que solían estar decorados con motivos religiosos, mitológicos o simbólicos.
Con el paso del tiempo, fueron evolucionando y adaptándose a los gustos y las necesidades de cada época y cultura. Así, en la Edad Media, se popularizaron los relicarios, que eran pequeñas cajas o medallones que contenían reliquias sagradas o recuerdos personales, y que se llevaban colgados del cuello o de la cintura.
En el Renacimiento, se desarrollaron los joyeros de escritorio, que eran cajones o compartimentos secretos que se escondían en los escritorios o las mesas, y que servían para guardar las joyas y los documentos más valiosos.
Durante el Barroco, se crearon los joyeros de tocador, que eran muebles con cajones, espejos y tapas abatibles, que se colocaban en los dormitorios o los salones, y que servían para guardar y exhibir las joyas y los cosméticos.
Ya en el siglo XIX, se inventaron los joyeros musicales, que eran cajas con un mecanismo que reproducía una melodía al abrirse, y que solían tener una bailarina o una figura giratoria en su interior.
Posteriormente, en el siglo XX, se diversificaron los joyeros de viaje, que eran maletas, bolsas o estuches que se podían transportar fácilmente, y que tenían compartimentos, bolsillos y ganchos para organizar las joyas.
Tipos de organizadores de joyas
Existen diferentes tipos de organizadores, según el tamaño, la forma, el material, el diseño y la función. Algunos de los tipos más comunes son:
- Organizadores de joyas de pared: Se cuelgan de la pared, y que suelen tener forma de espejo, de cuadro, de reloj o de armario. Tienen ganchos, barras, ranuras o compartimentos para colgar, enganchar o guardar las joyas. Son ideales para ahorrar espacio y para tener las joyas a la vista.
- Organizadores de joyas de mesa: Se colocan sobre una mesa, un escritorio o una cómoda, y que suelen tener forma de caja, de bandeja, de árbol o de maniquí. Tienen divisiones, cajones, huecos o ramas para separar, ordenar o exhibir las joyas. Son perfectos para tener las joyas a mano y para decorar el ambiente.
- Organizadores de joyas de pie: Se apoyan sobre el suelo, y que suelen tener forma de espejo, de armario, de perchero o de escalera. Tienen puertas, estantes, cestas o ganchos para guardar, clasificar o colgar las joyas. Son ideales para aprovechar el espacio y para tener las joyas accesibles.
- Organizadores de joyas de viaje: Se pueden llevar de un lugar a otro, y que suelen tener forma de maleta, de bolsa, de estuche o de rollo. Tienen cremalleras, bolsillos, almohadillas o lazos para proteger, transportar o sujetar las joyas. Son perfectos para viajar y para evitar que las joyas se pierdan o se dañen.
Consejos para elegirlos
A la hora de elegir y usar los organizadores de joyas, joyeros o alhajeros, debes tener en cuenta algunos consejos, como los siguientes:
- Elige el organizador de joyas, el joyero o el alhajero que mejor se adapte a tu espacio, a tu estilo y a tu cantidad de joyas. No compres un organizador de joyas, un joyero o un alhajero demasiado grande o demasiado pequeño, que no te quepa o que te sobre, que no te guste o que no te sirva.
- Ordena tus joyas por tipo, por material, por color o por frecuencia de uso. No mezcles tus joyas sin criterio, que se enreden, se rayen o se pierdan, que no las encuentres o que no las uses.
- Limpia tus joyas antes de guardarlas, y limpia tu organizador de joyas, tu joyero o tu alhajero con regularidad. No guardes tus joyas sucias, que se manchen, se oxiden o se estropeen, que pierdan su brillo o su valor.
- Coloca tu organizador de joyas, tu joyero o tu alhajero en un lugar seco, limpio y seguro, que no le dé el sol, el calor o la humedad, que no se ensucie, se rompa o se pierda, que no lo vean o lo roben.
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